Monday, April 17, 2006

HISTORIA DEL ESTADIO 3 DE KOHLBERG

En un pueblo pequeño a las orillas de un río en Avila, había un grupo de amigos que siempre estaban de fiesta por el pueblo. Un día decidieron bajar al río a hacer botellón, ya que la policía local nunca pasaba por allí porque decía una historia que quien bajara en luna llena al río tendría una seria de desgracias que no olvidaría nunca. Entonces los muchachos quisieron bajar, pensando que no correrían ningún peligro.
Eran todavía las seis de la tarde, en verano (que anochece más tarde), y estaban con sus botellas bebiendo, riendo y bailando. Todos esperaban que Juan (el responsable del grupo), les llevara a casa después de estar toda la noche bebiendo, entonces no se preocuparon mucho... Al rato, el graciosillo del grupo (Alberto), fue en busca de alguna broma para hacerles, y se adentró en el bosque. A la media hora volvió con una ardilla muerta y decidió ponérsela a Marta en el abrigo, sabiendo cómo iba a reaccionar, porque ella es la más asustadiza de todos...
Marta, que estaba ya un poco asustada, dijo que quería irse, entonces cogió su abrigo y al ver la ardilla, dio un grito que retumbó todo el bosque. Se empezaron todos a reír y a felicitar a Alberto por la broma.
Marta miró a Alberto con cara de asco y se fue.
Era ya casi media noche, y ellos seguían de fiesta, entonces Juan dijo:
- Venga chicos, ya está bien de juerga, mañana seguimos.
Pero Javi (el fiestero), dijo:
- Pues valla Juan, eres un soso... Nosotros queremos seguir la fiesta, así que si no te gusta, vete.
Y Juan respondió un poco harto:
- Si claro, si os dejo aquí, ¿quien os lleva a casa?
Y todos buscaron a Marta con la mirada, pero recordaron que se había ido. Entonces dijo Javi:
- ¡Pues yo mismo!
Al oír esto, todos empezaron a reír, y dijo Juan:
- Entonces me tocará quedarme...
Pasaron dos horas, y fue cuando se les acabó la bebida. Entonces Juan insistió en que se fueran a casa. Todos accedieron. Cuando recogieron todo, se dieron cuenta de que Marta se dejó el móvil, entonces lo cogieron y decidieron llevárselo al día siguiente.
Juan fue por la mañana del día siguiente a dejarlo en la casa de Marta. Cuando su madre abrió la puerta preguntó por Marta, entonces Juan la dijo que ayer ella había ido a casa pronto, pero la madre dijo que no.
Nada más enterarse, se fue todo el grupo a buscarla por el río. Laura recordó la historia del rió las noches de luna llena, y dijo que esa había sido la desgracia...
Después de estar toda la tarde buscándola, por fin encontraron una pista que les llevaría hacia ella... Encontraron su abrigo, y siguieron buscando por ese sitio.
Cuando anocheció empezaron a oír dientes que chirriaban del frío, y se asustaron bastante, pero no podían dejar sola a Marta. Al fin la encontraron. Ella estaba acurrucada en un rincón entre piedras, y eran sus dientes los que chirriaban del frío. La pidieron perdón por haberla dejado sola, y juraron que nunca volverían allí a media noche en luna llena.